"Cada joya
tiene un tiempo dentro,
una emoción, un gesto".

El arte de crear
Descubra el universo creativo de Francesco Barbato: una visión que combina forma, luz e identidad en joyas esculpidas como pequeñas esculturas preciosas.
Mi trabajo
"Un viaje a través de la luz, la materia y la memoria".
Me acerqué al arte de la orfebrería gracias a mi tío Carlo Barbato, maestro en crear joyas intemporales con absoluta maestría. Verle trabajar fue para mí un momento revelador: me di cuenta de que crear una joya significa esculpir la luz y dar forma a una intuición.
Mi estilo no está ligado a la moda, sino a algo más profundo: un sentimiento atávico de cautivadora fluidez de las formas. Un movimiento que se traduce en materia, un diálogo continuo entre sólidos y vacíos y entre luz que fluye y superficies que reaccionan.
Cada joya nace de una intuición. Puede ser un reflejo, el perfil de un árbol, un sonido, la curva de un cuerpo o la forma de un animal. No hay dibujo preparatorio: la joya cobra vida directamente en mis manos moldeando el metal a mano alzada, guiada por la memoria sensorial de esa inspiración.
Elijo los cristales y el vidrio de Murano en función de la luz que reflejan y la forma que sugieren. Cada elemento debe inspirar un movimiento y una dirección. El chapado también tiene una doble función: estética, pero también estructural y protectora.
Toda mi producción es manual. Cada gesto es irrepetible y cada curva es el resultado de un tiempo vivido. No persigo la precisión absoluta porque no forma parte de la naturaleza humana. La imprecisión es memoria, es la huella de una emoción como la pincelada en un cuadro de Monet que mantiene el momento.
Venecia, mi ciudad, es un ejemplo vivo de singularidad. Su belleza me recuerda cada día que yo también quiero ser única. Original, elegante y nunca igual a nadie. Para mí, el lujo es la posibilidad de poseer algo que me devuelva una sensación de armonía, sencillez y paz interior. No tiene nada que ver con el valor intrínseco, sino con el valor que sentimos. A veces basta con una concha si mirarla activa algo en nuestro interior.
Quizá la pieza a la que más apego tengo es la que aún no he creado. Un tópico sí, pero que expresa exactamente lo que es realmente la creatividad: el deseo continuo de superarse y de buscar un gesto nuevo y una luz diferente. El momento que más me gusta es cuando me siento y empiezo a mover las manos siguiendo una visión que va tomando forma.
Si no me hubiera dedicado a la orfebrería, quizá habría sido escultor, pero mirándolo bien mis joyas ya son pequeñas esculturas.
Quizá siempre he sido escultor.
Francesco Barbato