Una pulsera envolvente inspirada en el símbolo del infinito, construida sobre una estructura metálica chapada en oro de 24 quilates que alterna superficies lisas y entrelazadas. Las líneas se persiguen en un tejido fluido y bien proporcionado, creando un ritmo visual armonioso y brillante. El cierre de botón a presión garantiza estabilidad y comodidad en la muñeca.
Una joya escultural y dinámica, ideal para quienes desean llevar a diario un signo de continuidad y elegancia con personalidad natural.