Una pulsera envolvente con un diseño orgánico y fluido. La estructura de metal chapado en oro de 24 quilates se entrelaza en curvas suaves y dinámicas que recuerdan el movimiento del agua. Tres cristales de color aguamarina se insertan como puntos de luz, reflejando tonos claros en equilibrio con las líneas del metal.
Una joya luminosa y refinada, ideal para quienes desean lucir un detalle inspirado en la armonía natural entre color, materia y forma.